Hay que aprovechar una mañana de buen tiempo, y aunque no habíamos pensado nada para hoy, preparamos un par de bocatas y vamos a Sobrescobio. La altitud, no mucha, la cercanía y la variedad de rutas hace que vengamos a gusto por aquí.
Hoy vamos a las foces del rio Nozalín, ya que no llueve. Llegamos a Soto y pasando por San Andrés comenzamos a subir tras pasar las praderías cerca del pueblo.
El camino va alto sobre el cauce del rio, pasando por el bosque. Es un recorrido por pista que nos acerca a las foces.
La flor de los cerezos destaca sobre el resto de árboles aún apenas sin brotes, como los castaños y los robles que vamos viendo. Más abajo el rio hace un estruendo por el agua que lleva después de tantos días de lluvia.
En la parte más estrecha del desfiladero, con altura sobre el rio, la pista está acondicionada y con barandillas de protección.
El agua ruge en el fondo del barranco; todos los regueros bajan colmados de la lluvia y del deshielo de la nieve por los altos.
A mano las flores de los cerezos, que ponen ese punto de color en la aún temprana primavera. En cuanto luzca el sol unos cuantos días habrá una explosión de verdes y de color en los valles.
Detalle de la flor del cerezo |
Donde más se estrecha el camino con el cauce del río, se forma esta bonita cascada. Ya se suaviza un poco el camino, que a partir de aquí va junto al rio un buen trozo.
Vamos caminando al lado del rio; lo volvemos a cruzar y luego, por una serie de zig zag subimos por las primeras praderas y cabañas de la majada de Feleches.
Como si hubiese marchado ayer el pastor, y hubiese dejado la caja de herramienta y los clavos para arreglar las cercas de los praos.
La cuadra y cabaña de Cosme |
En la ventana pone el nombre del dueño |
¿Piedra o tronco fósil? |
Aurora se rie porque antes había posado yo junto al tejo y parecía que caíamos el tejo y yo cuesta abajo.
La pena es que muchas antiguas cuadras se van viniendo abajo; ya no se sube a ellas, y cuando empieza una gotera, o un vendaval levanta tejas, o sencillamente pasa el tiempo, las cabañas se van reintegrando a la tierra de la que salieron.
Piedra y madera vuelven al suelo |
La Peña Riegos, a cuyos pies por la otra ladera está Caleao. Aquí subimos Carmen, Olaya y yo en una ocasión con el grupo Fariu.
Si miramos hacia atrás, al oeste, vemos cómo las nubes tapan Peña Mea; aquí quedan a la vista le picu Cuchu, a la izquierda, y la Forcada, a la derecha. Las nubes de lluvia se van acercando.
Llegamos a la parte alta de la majada Feleches, a 1.120 metros; nos llama la atención esta cuadra y cabaña y nos acercamos a verla. La puerta se puede abrir y entramos: es como si el tiempo se hubiese detenido hace unos años, con el interior tal y como quedó en la última estancia del pastor hace unos años ya.
El catre para dormir |
Una correa de cuero y una pomada para la mastitis de las vacas |
La fuente mana con un chorro impresionante: el agua de 3 semanas seguidas de lluvia.
Hacia el norte, a nuestra espalda y muy cercanas, las cumbres de la Mozquita y algo más allá las rocas del Cuyargayos, donde nos habíamos acercado hasta la collada Imblenes con bastante nieve, subiendo por Ladines.
En la Campa la Cruz nos hacemos una foto: asoma peña Mea, que se empieza a cubrir con nubes, y los afilados picos característicos, el Corbellosu, el Cogollu y el Guanalón.
Hacia la vertiente de Caso, soplando bien el viento tenemos destacada Peña Ten a la izquierda, detrás de mí Peña Ten y Pileñes, y cerrando a la derecha el pico Cuervo y el Visu la Grande.
En la Campa la Cruz; detrás, en verde, la majada Feleches y más atrás la peñona caliza de la Peña Llagos. Destacan en el horizonte los afilados Corbellosu, el Cogollu, el Guanalón y la sierra de Les Crespes.
De nuevo se cubre Peña Mea y se oscurecen Corbellosu y Cogollu; la suerte de que las nubes estuviesen hacia la cordillera se nos acaba y nos va a tocar mojarnos.
Aquí nos llega la lluvia: durante un rato cae un pequeño chaparrón, pero pronto pasa mientras descendemos el valle de la majada Feleches.
Me fijo en el camino en los restos de una pila. Para los que tenemos "pila de años" la reconocereis: es una pila de los años 70-80, de marca Tximist-Leclanché. Recuerdo que hubo una expedición vasca por aquellos años que se llamó "Expedición Tximist al Everest". Hoy en día, que se multiplican los residuos, hay que ser mucho más cuidadosos de lo que se era hace años con las basuras por el monte -y en el valle lo mismo-.
Curiosidad de botánica aficionada: ¿que habrá encontrado Aurora?. El fotógrafo la sorprende investigando la flora.
Esta claro ¿verdad?. No hagamos el turista y respetemos siempre las praderías sin segar no pisándolas, las cabañas, las portillas si están cerradas dejarlas de nuevo cerradas al pasar ....
Unos rayos de sol se cuelan en el valle, mientras llueve al fondo, en el Trigueiro de Peña Mayor; estamos sobre el barrio de Agues, y yendo a la izquierda pasamos por San Andrés para llegar a Soto, de donde habíamos salido.
Soto está a los pies dela sierra del Crespón, formada por el Guanalón, el Cantu Cerezal, les Crespes, Rearcu y Faltiñosu, que separan el concejo de Sobrescobio del concejo de Laviana. ¡Sonoros nombres para picos modestos de altura pero bravíos y escarpados!
Más arriba en el valle se encuentra Ladines o Llaínes en asturianu, por donde subimos hacia la peña Cuyargayos hace unas semanas.
Acabamos aquí otro día de actividad montañera por las sierras interiores de Asturias, con una mirada precisamente al Cuyargayos, aún con nieve, y al pico La Mozquita, cercano a donde estuvimos hoy.
¡ Un saludo !